sábado, 20 de octubre de 2012

Kamala


Se paró frente a mi puerta y entró brincando
sonriente lúdica luminosa
tan mínima que su cintura cabía completa
en una de mis manos
y abrazarla era como abrazarme a mí mismo
hermosa y simple como esas pequeñas flores
insolentemente azules o amarillas
que crecen entre la pastura
tan diminutas
que no podemos percibir lo erguidas que se alzan.

Nos sedujimos mutuamente en un preámbulo dulcísimo
haciendo el amor desde mucho antes del coito mismo
abrazándonos con una ternura extrema
frotando nuestros rostros como hacen los gatos
besándonos los sexos y las bocas
volcándonos esparciéndonos
encontrándonos en las miradas y en el espíritu.

Entré en ella sin piedad
creyendo que la ocuparía toda entera
la sentí temblar debajo de mí
la sentí rogar que no la deshabitara
y me sentí diluir dentro de ella
todo en tan pocos segundos
como los que dura un estornudo
como una esencia de sacralidad
que no alcancé a comprender
pero que rozamos juntos por un instante.

viernes, 5 de octubre de 2012

El Oscuro.

Llegó a mi casa con su mirada maléfica. Ni siquiera se molestó en saludar, simplemente me desvistió, besó mi boca largamente, tenía el tacto preciso de los Oscuros.

De su piel emanaba el aroma de los Hombres, mi rostro hurgó furibundo entre su pelaje buscando impregnarse en él. Llevábamos largo tiempo deseándonos, retardando el beso que aunque, sabíamos, arruinaría toda seducción, ya no podíamos seguir evadiendo.

Dejamos de estar siempre mirándonos a la cara, contándonos los otros polvos con otra gente, rogando en secreto que tras cada fracaso llegase por fin nuestra hora, danzando en ese coqueteo exquisito al cabo del cual sólo podía estar la Muerte.

Mi cuerpo se convirtió en una prolongación del suyo, un instrumento dócil en sus manos, sin sumisión, sin dolor, sin culpa, sólo totalmente hecha para él, para sus manos, para su lengua, para su sexo, para su voz que recitaba mi nombre, su niña, su hermana, su amiga, su Ella, mi Ella, mi Ëllê, mía, eres toda mía, toda entera para mí, para mi cuerpo oscuro que te toma, que te invade, que te conquista.

Así fui suya, así fui su dueña, así lo bañé en mi Alma, así lo hice mi prisionero, así lo hice volar, adornada con los elogios que saltaban de sus ojos, perfumada con él, dibujada en mis contornos por uno de sus dedos, así lo elevé y lo humillé dulcemente, fui virgen para él mil veces, fui su virgen siempre que lo pidió, fui virgen una y otra vez, fui virgen todo el tiempo, fui su Maestra, su Sacerdotisa, la Madre de sus Dioses.