sábado, 30 de mayo de 2009
La Gloria.
Desde la esquina de tu casa,
tan urbana como cualquiera en Santiago de Chile,
veo tu Luna.
Sé que dejas las piedritas en sal para que se renueven
sé que huyes al jardín y le hablas
sé que ella te responde, silenciosa.
Traviesa, nos convences de tu edad infinita.
Poderosa, logras la magia que sólo los niños conocen.
Bellísima, pocos son los que no buscan tu cercanía.
Eterna, porque conoces la farsa de tu propia Muerte.
Si yo pudiera igualarte
así tantito
aunque fuera
si yo pudiera acercarme
al reflejo siquiera
de mujer tan enorme
no pediría nada más
porque tú nunca pides nada
no odiaría a nadie
porque tu no odias
no tendría siempre tanta rabia
porque tu solo tienes siempre alegría
no querría parecerme a tí
porque tú estás tan feliz siendo tú.
Y aunque todos pidan ansiosos el secreto
de tu simpatía sin limite
tu juventud inexplicable
y tu fuerza tremenda
aunque todos te veneren
y no contengan sus ganas
de clamar a las alturas
por tí Oh! Gloria
aunque los seres de todos los mundos
te visiten y te busquen
y el viento te acompañe
y la luna te hable
y la luz persiga reflejarse en tus retratos
así y todo
tú sigues siendo humilde
tu mirada sigue siendo tierna
tu voz sigue siendo dulce
tu corazón sigue siendo sabio
y muy grande
muy grande
sobre todo
tu corazón
sigue siendo
muy, muy grande.
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2 comentarios:
uyy!! amiga... abro tu blog y mucha información nueva para compartir aparece ante mis ojos... Ulises, tu madre, Jóse y sobre tú, tú! querida amiga... que estás de vuelta con nosotros...
Te quiero...
y de corazones grandes se trata la vida en un mundo que refleja tantas cosas que nos inspiran a mirar las lunas...Lindo post! Saludos desde México.
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